domingo, 28 de diciembre de 2008

Acabar con la inmersión obligatoria

Hoy he publicado el siguiente artículo en el diario "El Mundo" a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo por la que se confirma la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de 24 de septiembre de 2004 por la que se condenaba a la Generalitat a incluir una casilla en los impresos de preinscripción por la que se debía preguntar a los padres o tutores por la lengua en la que deseaban escolarizar a sus hijos. Esta sentencia jamás fue ejecutada por la Generalitat.

Acabar con la inmersión obligatoria

La inmersión lingüística obligatoria en Cataluña ha sido desactivada por el Tribunal Supremo.

El modelo escolar catalán es contrario a la Constitución y a la propia Ley de Política Lingüística de 1998 al impedir la escolarización de los alumnos en castellano o en bilingüe (catalán y castellano) hasta el primer ciclo de educación primaria.

Cataluña ha sido pionera en España en aplicar un modelo uniforme en la escuela que está teniendo pésimas consecuencias en miles de alumnos.

El informe PISA ha evidenciado que los niños catalanes castellanohablantes tienen peor rendimiento escolar que los de lengua catalana y que los inmigrantes escolarizados en esta comunidad acreditan un fracaso muy superior al del resto de España. La obsesión nacionalista ha arrumbado el concepto de lengua materna para hacer predominante el de lengua propia y proclamar el siguiente sofisma: «El catalán, como lengua propia de Cataluña, es la lengua de escolarización». El concepto de lengua propia, cual chapapote, lo impregna y ensucia todo marginando el de lengua oficial y con ello la libertad de elección de los padres a escolarizar a sus hijos en la lengua que deseen.

El modelo catalán ha bunquerizado la escuela y ha arruinado el progreso de miles de niños. La exclusividad del catalán como lengua de escolarización ha arramblado con el futuro de niños sordos, autistas, recién llegados a Cataluña, en tránsito, sin que los partidos tradicionales y el Gobierno autonómico tengan la más mínima sensibilidad por ello. Cuentan con patente de corso, y con ella desactivan la alta Inspección Educativa del Estado, controlan a los Gobiernos nacionales a cambio de apoyos en Presupuestos o investiduras, apelan a la pluralidad para toda España pero no la aplican en Cataluña, satanizan al disidente calificándolo con los peores atributos (anticatalán, fascista...), crean centros para satisfacción de lingüistas a los que hacen informes de encargo, preparan lobbies en Organismos Internacionales para atenuar críticas, adoban a asociaciones con subvenciones, condicionan conciertos educativos a la claudicación lingüística e imponen controles severos en aulas y patios para perseguir al recalcitrante castellanohablante.

Nada les ha parado y su fanatismo no respeta ni leyes ni tribunales. Han ignorado las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y ahora pretenden hacerlo con las del Tribunal Supremo. El secretario de Política Lingüística ya ha anticipado que esta sentencia no cambiará el modelo lingüístico catalán. Por desgracia, puede que tenga razón, ya tienen preparado el antídoto contra el derecho a la escolarización en castellano o en bilingüe en el régimen lingüístico del nuevo Estatuto de Autonomía y en la futura Ley de Educación de Cataluña. Para neutralizarlo se necesita rigor jurídico del Tribunal Constitucional, firmeza del Gobierno en la defensa de los derechos lingüísticos de todos los españoles y la aprobación por las Cortes Generales de una Ley de Lenguas que vincule la oficialidad del castellano al derecho a ser escolarizado en esta lengua en cualquier parte del territorio nacional.

La sentencia es de una gran trascendencia y de ella se ha hecho eco la prensa. Aquí os paso la completa recopilación de noticias efectuada por la Asociación por la tolerancia. También han recogido opiniones mías otros medios de comunicación como El confidencial y El Pais.

Me siento especialmente satisfecho del resultado final de este proceso judicial ya que fue impulsado por mí cuando era Secretario de Convivencia Cívica Catalana. La Administración autónomica nunca ha querido saber el número de padres que deseaban escolarizar a sus hijos en castellano o en bilingüe y por ello se ha resistido a incluir en la hoja de preinscripción la pregunta porque tendría que efectuar la programación necesaria para cumplir las peticiones. Por ello, y a raíz de las sentencias dictadas por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, diseño un plan para evitar el cumplimiento de las mismas que se basaba en dos argumentos: a) La sentencia no era firme (ya lo será sino la recurren ante el Tribunal Supremo; b) se informaba de la existencia del artículo 21.2 de la ley de Política Lingüística en el anverso de la hoja de preinscripción y que la petición se debía hacer en el momento de la matriculación ante el Director del Centro, no en el de la preinscripción. El hecho de que la petición se hiciera ante el Director tenía una finalidad disuasoria ante el padre y cuando éste se empeñaba en el ejercicio del derecho se le aplicaba el discriminador y segregacionista (éste sí) régimen de atención individualizada.

De ejecutar con buena fe la sentencia (pierdan toda esperanza) la Generalitat tendrá que programar clases en castellano o bilingüe de solicitarlo un número relevante de alumnos en una zona, por ejemplo veinte. Eso rompería el modelo de inmersión lingüística que se basa en la uniformización, esto es, que todos los niños son escolarizados obligatoriamente en catalán. De todas formas, la bomba de relojería para dejar sin efecto la sentencia está en el proyecto de Ley de Educación de Cataluña.


miércoles, 24 de diciembre de 2008

El joven Rafael Abella


Hoy empiezan las fiestas y con ellas un merecido descanso para muchos. No esperaba el de Rafael Abella. Mi buen amigo, que tanto enseñó y divirtió, ha decidido irse, tan joven, a sus noventa y un años. Siempre alegre, lúcido y con esa memoria que le permitía describir los más pequeños detalles de setenta años atrás como vividos el día anterior.

Le creí inmortal y lo es para todos los que le conocimos. No estará físicamente pero su historia, sus historias y su coherencia siempre impregnarán nuestros espacios. A él, tan ciudadano, tan alejado de la intolerancia, tan respetuoso con el diferente, tan barcelonés, le dedico estos dos artículos que hablan de lo que el estudió tan maravillosamente, la guerra civil "los tres años que España luchó contra si misma" y la libertad.

En estos tiempos en que lo hosco cede el paso a lo armonioso, quiero evocar unas palabras suyas que incluyó en el prólogo del segundo volúmen de "La vida cotidiana durante la guerra Civil":
"La identidad de voces, la similitud de actitudes, la bárbara y pareja grandeza con que los machos ibéricos iban a morir luchando unos contra otros por unas ideas, no podía hacer creer en la existencia de dos Españas. Todo amor, odio, valor crueldad, pasión y muerte salían de la misma fuente, de la misma sangre, de la misma España, rota en dos pedazos".

Un último recuerdo para Mercedes, a quien tanto amó y con quien tanto compartió.


Els nostres inmigrants


El “Pacte Nacional per la Immigració" ha sido firmado por lo más granado del poder catalán y por unas pocas asociaciones de inmigrantes controladas por el entorno socialista e independentista. Está abocado al mayor de los fracasos, por irreal. Después de tantos meses de trabajo resulta que la principal razón del pacto era condicionar el acceso a determinados permisos y derechos al conocimiento de los inmigrantes de la lengua catalana. Para justificarlo vale todo, como definir al catalán como “lengua vehicular de acogida”, sabiendo que son miles los extranjeros que con el español como lengua materna encuentran trabajo y hospitalidad en nuestra tierra. Este idioma les permite comunicarse con el resto de la población, a excepción de con un reducido número de obstinados que se empeña en hacerles ver que sólo serán “benvinguts” si lo hacen en catalán.

Si hay un mundo en el que la movilidad es fundamental es el de la inmigración. Muchas personas arriesgan sus vidas en infames pateras o invierten sus escasos ahorros en los viajes que les transportarán al primer mundo. Desde lejanas latitudes llegan a Zaragoza o a Tarragona y no lo hacen para cuidar del manto de la Virgen de Pilar o para aprender el misterio “dels pronoms febles” sino para trabajar y poder enviar algunas remesas de divisas a sus países de origen. Hoy están aquí y mañana a seiscientos kilómetros.

En cambio, los firmantes del Pacto, obsesionados por una amputada forma de entender la catalanidad, tratan de hacerles más difíciles su vida y su movilidad. El asunto es evidentemente político, lo que pretenden es guardar las esencias patrias y que los recién llegados contribuyan con su cuota a la escenografía catalanista. En el imaginario de la “Nació catalana”, España y el castellano como lengua oficial sobran y para ello se inventan lo del catalán como lengua común de los catalanes.
El fanatismo es mal consejero porque no permite ver con claridad la realidad. A pesar de todo, florece, como en el caso de las mujeres pakistaníes a las que se les enseña el canto de “Els Segadors” (¡la prueba del algodón de la integración que no pasarían miles de catalanes nacidos aquí!) y que, acto seguido, por mero interés práctico, solicitan aprender el castellano.

Estas medidas, tan “progresistas”, las firman organizaciones que se autocalifican de izquierdas, pero las copian de los dirigentes más reaccionarios de otras latitudes, sin ir más lejos, Padanía, Austria o Flandes. ¡Felices Fiestas, en paz y sin discriminación por razón de religión, raza, creencia, origen o lengua!

(Publicado en e-noticies el 24 de diciembre http://blogs.e-noticies.com/jose-domingo/els_nostres_inmigrants.html

¡Viva la muerte!

Se está representando durante estos días en Madrid “Cantando bajo las balas”, un “cabaret necrófilo”, según califica la obra su autor, Antonio Lavín. En ella se rememora la figura del General Millán Astray y se da especial relevancia a su conocido enfrentamiento con Unamuno en la Universidad de Salamanca. En su paraninfo, el 12 de octubre de 1936, el fundador de la Legión pronunció un discurso que molestó profundamente a Unamuno quien, valientemente, le replicó:

- “El General Millán Astray es un mutilado que quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada”.

Furioso, Millán Astray dio un golpe sobre la mesa y respondió a voces:

- “¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte! ¡Basta ya de intelectuales bastardos, intelectuales que están envenenando las mentes de nuestra juventud! ¡Viva la muerte y viva mil veces la muerte!"

Escuchando las soflamas de Joan Tardà y de Manuel Fraga, tan distantes y tan próximos, en las que se utilizan como argumento dialéctico la muerte del adversario político, es más necesario que nunca reivindicar, como hizo entonces Unamuno, la apelación a la razón y al derecho como instrumentos de persuasión.

Publicado en e-noticices el 14 de diciembre de 2008
http://blogs.e-noticies.com/jose-domingo/viva_la_muerte.html

sábado, 6 de diciembre de 2008

¡Viva la Constitución!




06 de Desembre de 2008

Muchos meses sin escribir en el blog. Hoy, treinta aniversario del referéndum de la Constitución, es el día idóneo para el reencuentro con amigos y curiosos y compartir con vosotros mis impresiones sobre vida y política.

El día constitucional, lo he comenzado gritando en mi blog de e-noticies ¡Viva la_Constitucion! y analizando datos. La comparación del resultado de los referendums de la Constitución y del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006 debiera llevar a la reflexión a algunas formaciones políticas instaladas en el descrédito permanente de la Constitución. En 1978, con un censo de cuatro millones cuatrocientos mil posibles votantes, en Cataluña la Constitución fue respaldada por más de dos millones setecientos mil catalanes; en el referéndum del 18 de junio de 2006, sólo un millón novecientos mil catalanes dieron su voto afirmativo al Estatuto, cuando el censo superaba con creces los cinco millones trescientas mil personas. Tanto en términos absolutos como relativos, la Constitución cuenta con más respaldo que el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña. Sin embargo, analistas y políticos catalanistas ensalzan el resultado del Estatuto y desacreditan a la Constitución. No es de extrañar, por lo tanto, que el índice de satisfacción política de los catalanes sea el más bajo de la historia.

A mediodia, Ciutadans ha convocado a muchas personas en la Plaza de Cataluña para celebrar el cumpleaños constitucional junto a una tarta y con unos discursos. El acto ha rezumado ritmo y unidad. Me pidieron que comentara un artículo de la Constitución y he elegido el artículo 35 que es el que declara que: "Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de sus familias, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo". Con más de tres millones de parados en España, de los que cuatrocientos mil residen en Cataluña y con unas expectativas muy preocupantes en el futuro inmediato, el mandato constitucional cobra más vigencia que nunca y es imprescindible que los poderes públicos pongan todos sus esfuerzos en la creación de empleo y en la garantía de los derechos sociales. C's también tiene que hacerlo, la sociedad en general y, especialmente, los trabajadores deben percibir que nuestro partido está próximo al primero de sus problemas. En el Parlamento de Cataluña lo venimos haciendo mediante la denuncia de injusticias y la aportación de propuestas pero, lamentablemente, este trabajo todavía no hemos sabido hacerlo visible. Como muestra vale un botón, aquí está una interpelación sobre despidos colectivos y políticas activas de empleo dirigida a la Consejera de Trabajo en el último Pleno. Tenemos pendiente dar el salto a los polígonos industriales y a las obras y, visto lo visto, sólo lo podremos hacer mediante el contacto directo con los que allí trabajan. Manos a ello, entrevistas, octavillas y posters informativos, lo clásico.

Las Juventudes de ERC han convocado un acto para enterrar la Constitución, llevan varios años haciéndolo. Esfuerzo baldío, a su pesar, sigue cumpliendo años.