jueves, 26 de febrero de 2009

El toro y la intolerancia


La actividad parlamentaria es compleja y muy desconocida. Los problemas que preocupan a las personas son el principal motivo del comportamiento político de Ciutadans, y, entre las preocupaciones, cubre especial presencia la referente a la superación del conflicto de identidades al que nos quieren llevar ideologías con vocación de totalitarismo.


En prueba de lo dicho, baste referir, sucintamente, mi actividad del día 25 de febrero en el parlamento. Comenzó en la Comisión de Política Territorial defendiendo dos propuestas de resolución. La primera, solicitaba un impulso político para la interconexión por AVE entre España y Francia -especialmente en lo que respecta al tramo de Barcelona a Nimes-; y la segunda se hacía eco de una iniciativa de CC.OO de modelo tarifario único para toda Cataluña basado en cuatro títulos de transporte (escolar, universitario, social y laboral) a los que aplicar descuentos. También hubo tiempo para votar el dictamen del proyecto de Ley de mejora de las urbanizaciones con déficits urbanísticos, hablar con los representantes de la Unión Metalúrgica de Catalunya sobre la crisis que padece el sector del metal y preparar la Conferencia Interparlamentaria de los Grupos que dan apoyo al Sahara. Por la tarde, además de leer el Plan de Cooperación para el 2009 que presentará Carod en la Comisión de Cooperación y Solidaridad, elaboré una propuesta para la Comisión de Salud sobre la creación de una subespecialidad de psiquiatría infantil, y otra para la Comisión de Justicia sobre la aplicación por parte del Departamento de Justicia del Plan para la modernización de la justicia que ha aprobado, recientemente, el Consejo General del Poder Judicial.


Al final de la tarde he encontrado un hueco para redactar una resolución ante la Comisión de Justicia sobre el derribo del único toro de Osborne que se encuentra en tierras catalanas. El texto de la propuesta de resolución es el siguiente:


“El Toro de Osborne constituye un fenómeno único y un ejemplo de la evolución de las fronteras del concepto de patrimonio cultural. Nacido como valla publicitaria de uno de los productos de las Bodegas Osborne, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, su presencia se generalizó por todas las carreteras de España, llegándose a convertir en un símbolo asumido colectivamente y trascendiendo su origen de marca. Fue a raíz de la aprobación de la Ley 25/1988, de carreteras y caminos, y su desarrollo reglamentario a través del Reglamento General de Carreteras, aprobado mediante el Real Decreto 1812/1994, que en su artículo 88 prohibía realizar publicidad en cualquier lugar visible desde la carretera, cuando se suscitó un debate en la sociedad española sobre la excepcionalidad de esta marca. Este debate se tradujo en una proposición no de Ley pactada entre el PP y el PSOE por la que se reconocía al Toro de Osborne como patrimonio cultural y artístico, integrado en el paisaje, y se recomendaba a las Administraciones Públicas que garantizasen su permanencia en las carreteras españolas, en el marco de la Legislación de Conservación del Patrimonio Cultural y Artístico de los pueblos de España. En esta línea, los toros de Osborne situados en Andalucía han sido inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de monumento, por la Consejería de Cultura de la Junta en Octubre de 1994. Igualmente, en Navarra, una Ley Foral protege esta silueta. Por su parte, el Tribunal Supremo en sentencia de diciembre de 1997, declaró que la silueta del Toro de Osborne “ha superado su inicial sentido publicitario y se ha integrado en el paisaje” y justificó su conservación “en el interés estético o cultural, que la colectividad ha atribuido a la esfinge del Toro…”. El Toro de Osborne se ha convertido, de este modo, en un elemento decorativo, integrado en el paisaje, asumido socialmente, carente de su anterior significado comercial que forma parte del patrimonio cultural y artístico español. Sorprendentemente, determinados grupos minoritarios e intolerantes no han aceptado ese símbolo cultural y lo han rechazado de forma violenta. Así, la silueta del Toro de Osborne, instalada en El Bruc, junto a la autopista A2, ha sido derribada por cuarta vez en siete años el pasado martes 24 de febrero. Este acto delictivo tiene una motivación claramente política que trata de hacer desaparecer un elemento simbólico reconocido por las Cortes Generales y por algunas Comunidades autónomas como elemento del patrimonio cultural y artístico. Todas las personas tienen el deber de respetar y preservar el patrimonio cultural, declara el artículo 22 del Estatuto de Autonomía de Cataluña, y esta proclamación, según el artículo 37 de la citada Ley Orgánica, vincula a los poderes públicos y particulares. Por todo ello, El Parlamento de Cataluña, 1.- Declara que el patrimonio cultural español, del que forma parte la esfinge del toro de Osborne presente en las tierras catalanas, debe ser objeto de respeto y preservación. 2.- Insta al Gobierno de Cataluña:a) a condenar los actos vandálicos y de violencia política que ha sufrido la silueta del toro de Osborne que se encuentra instalada en el Bruc, junto a la autopista A2.b) a reparar los daños sufridos por esa silueta, con el consentimiento de sus titulares.”

Artículo publicado en e-noticies.


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si sólo fueran las vallas!!!
http://eltingladodesantaeufemia.com/2009/02/26/los-toros-como-excusa-los-creyentes-como-riesgo/
Anda un abrazo y ánimo

López dijo...

Muy curiosa la historia de el Toro de Osborne... Lo lamentable es que los nacionalistas, como de costumbre, lo señalen como algo a perseguir por el mero hecho de "oler" a España. Va a ser interesante ver cómo se posiciona el PSC ante la propuesta.

Por cierto, he visto su participación en el debate de Canal 33 sobre Economía y me pareció que tuvo una intervención afortunada, haciendo propuestas serias y realistas para paliar los efectos de la crisis y denunciando el despilfarro del Gobierno catalán.

Ánimo. Un saludo

Rodamon dijo...

Estimado José:

Tu trabajo, vuestro trabajo en el Parlament, es impresionante, por su cantidad y calidad. Los tres diputados, estáis haciendo muy encomiables actuaciones, esta del Toro de Osborne solo es un ejemplo mas. ¡Chapó!.
Es mas, cualquier vídeo, discurso o artículo que os veo o leo, me reconfirma en mi positiva opinión de lo bien que desarrolláis ese trabajo.
¡Solo sois tres!. (Mas los magnificos apoyos que tengáis). Superhombres, ¡pero solo tres!. Vuestra “capacidad de carga”, tiene un límite matemático.

Dejando mi felicitación bien sentada, debo apuntar mas “hacia arriba”, por lo que me hago unas preguntas clave:
¿Merece el Parlament ese gran trabajo?
¿Es suficientemente RENTABLE (electoralmente, votaciones, Medios, etc) a nivel Catalán, Español y Europeo?
¿No es muchísimo mas rentable una ingeniosa Declaración, que tenga repercusión amplia en los medios, como cuando ha dicho hoy Albert lo de Montilla, por la COPE?.
¿No está capitalizando mucho mas Rosa D. unas cuantas declaraciones, que todo vuestro gran trabajo minusvalorado en un parlamento autonómico?.
¿Habría forma viable de racionalizar y redirigir los esfuerzos en función de su eficacia?
¿Qué pasará con el sistema político, si se colapsa mas la economía?

Como te dije en la plaza Sant Jaume, hay mas preguntas que hacerse, para ayudarnos a lograr los objetivos realmente importantes y urgentes.

¡Ánimo, y a afinar la mira!
Un Simple Ciudadano