martes, 2 de junio de 2009

Sobre demócratas y sátrapas



Reinventar El Salvador con Mauricio Funes

Ayer tomó posesión de la presidencia de El Salvador Mauricio Funes. Viví de cerca, como observador electoral internacional, el proceso limpio e ilusionante que hizo que el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) alcanzará la presidencia de aquel país centroamericano.

Le queda a Mauricio Funes una tarea hercúlea por delante, sacar de la pobreza a millones de salvadoreños y para ello tendrá que emprender una reforma fiscal imprescindible que encontrará la oposición de los que han detentado el poder en aquella nación. No será la única oposición, es conveniente que no se deje atenazar por los revolucionarios de libro y selva que le han acompañado en su viaje a la presidencia. Le deseo toda la suerte a Funes y a su gobierno.


El sátrapa de la política lingüística

Hoy he publicado en e-noticies el artículo titulado "Bernat Joan, el fanático"

El secretario de Política Lingüística de la Generalitat de Cataluña, el ibicenco Bernat Joan, ha dictado en su blog su resolución sobre la manifestación de Palma del pasado 30 de mayo. El Círculo Balear convocó en defensa de la libertad de usos de las lenguas oficiales; no obstante, el sátrapa de la política lingüística trata de confundir a la opinión pública diciendo que era en contra del catalán.

En su blog, se autoengaña y respira, aliviado, al saber que los asistentes, entre los que me incluyo, no eran todos de Baleares: ¡Uf! habría sido preocupante que todos los “manifestantes” y sus líderes fueran mallorquines.

Bernat Joan es un fanático, un exaltado al que para defender sus ideas no le importa manipular o mentir. Lo preocupante es que un sujeto como éste dirija, con el permiso del Presidente Montilla, la política lingüística en Cataluña y pretenda hacerlo también en otros territorios.

Los hechos son tozudos y las palabras también. Ni en los lemas, ni en el discurso del Presidente del Círculo Balear, se constató odio sino actitudes defensivas frente a determinados comportamientos imperialistas de los que son buen reflejo las falsedades de Bernat Joan. Es verdad que en algún momento de la manifestación se gritó una obviedad “Som mallorquins, no catalans” (esa frase no fue coreada por mi, atendiendo a mi condición política de catalán), pero también es cierto que el núcleo fundamental de la reunión fue la reivindicación de la libertad lingüística, esa que tanta grima da al Secretario de Política Lingüística y que tan celosamente evita en el Gobierno al que pertenece.

Un dato sorprendente. Desde la sede de un colectivo anarquista “Estel negre” se exhibió extemporáneamente una pancarta que decía “Català sí, sí, sí; feixisme, no, no, no”. El revisionismo histórico está haciendo estragos. Algunos grupos anarquistas, ahora, reivindican la independencia de los Países Catalanes (sic), y buena prueba es la reedición del libro “Anarquisme i alliberament nacional”. Esa vía desviacionista no tiene nada que ver con los orígenes del pensamiento libertario. Federica Montseny decía de la libertad que “no es otorgada o concedida de la misma manera que los señores feudales concedían favores o privilegios, sino que es una manifestación de la voluntad individual; debemos apropiarnos de nuestra libertad, hemos de conquistarla a partir del propio esfuerzo, es necesario vivir cotidianamente como espíritus libres”.

Eso es lo que intentaron miles de ciudadanos en las calles de Palma, en un soleado sábado del mes de mayo, “vivir cotidianamente como espíritus libres”.